lunes, 18 de octubre de 2010

AINTZANE GARCÍA GRACIA (Madrid, 1946-Madrid, 2007)

El Grupo de Poesía del Círculo de Bellas Artes recuerda a la poeta AINTZANE GARCÍA

Para Alfredo Piquer,
con admiración y cariño

Eres un griego
pero aún no lo sabes.
Buscas incesante
el primigenio origen
que como hierro candente
te forjó.
Indagas los textos clásicos,
y se prodigan las claves
que abarcan el recuerdo.
Sumerges el pensamiento,
elogio de la idea,
en todo lo que hoy parecerían
las huellas del pasado,
en himnos heroicos
que resurgen vivos
para mostrarte en homenaje,
la herencia
que jamás pereció.

Eres un griego
en mutación constante.
En exilio obligado
en los tiempos actuales,
que no te dan la mano,
sino que te rehuyen

como a un extraño.

Los mitos y los héroes
transitando entre azules.
Un universo único
girando sin memoria.
Y los rios que pasan
y océanos que habitan
poco a poco la tierra.
La noche lentamente
nos trae las leyendas
sosteniendo la historia.
Toda la noche cae,
se apagan las antorchas.
Nos inquieta saber
que seguirán su curso
ajenas a los hombres.
Y viento milenario
atemperando el sueño,
en ciernes el misterio
nos empuja a escucharlas.
Son el gran patrimonio
que nos legó el pasado.
Es la vida y su música

si sabemos oírla.
Si tenemos un griego
que nos done sus versos
y nos traslade hoy
al lugar absoluto
donde lo más grandioso;
apoteosis magna
elevando las cotas
del indeleble espíritu.



martes, 5 de octubre de 2010

ÁNGELES YAGÜE SUÁREZ (Orense 1950- Madrid mayo 2010)


ALEJANDRO TORRES, amigo y poeta, recuerda a ÁNGELES YAGÜE SUÁREZ


HERMANA NEGRA
A mí pierna izquierda

Quién te nombró sombra,
hermana negra,
velo rasgado de mariposa.

Siempre fiel,
me sigues con un paso tenue,
que vela lo oscuro.

Qué furia te llevó al destierro,
hermana del alba,
ahogando tus labios
que encendían la noche.

Ni el grito de mil cañones
retumbando
habría traspasado
tu cárcel de tapices
espesa como murallas.

Pero tú, Amazona del Sol,
no rindes el campo
ni la mies, ni la cepa
que prende la hoguera.

Hoy te busco en la bruma
informe y difusa,
tan sólo alumbrado
por tubos de neón escuálidos
que brillan
como flores de San Telmo
y agonizan
a la espera de otra luz
más poderosa.
Te quiero farol de alameda,
blanca luminaria de loto
que mora en lo oculto,
astro que penetra los mundos.

Hermana del alma,
préndeme de tus flecos
que la entraña no puede más.

Sin ti, el espejismo,
la noche oscura.
Déjame abrazar tu cuerpo
besar tu lluvia
enjugar tus grietas,
ser para ti leche y miel,
pan de camino.

Te bañaré con aceites perfumados
y libaciones que entibien tu seno.
Cada día, reposaré mis ojos en ti,
como se adora a las diosas
que esparcen sus favores sobre los mortales.
Cubriré tus poros con caricias
que nunca se cansen.
Construiré un lecho de pluma y seda
sobre el que yacer
eternamente abrazadas.
Nunca te daré otro nombre
que no sea... yo.

viernes, 5 de marzo de 2010

CONCHA LAGOS (Córdoba 1907- Las Rozas. Madrid 2007)


ANA PATRICIA SANTAELLA recuerda a la poeta CONCHA LAGOS

¿Cómo serás sin estos ojos míos?

¿Cómo serás sin estos ojos míos?
¿Quién te leerá palabras por la frente
sabiéndote despacio, pena adentro?

¿Cómo serás cuando el río descienda
y sientas ya la espuma por las sienes?
La espuma de tu mar, el mar de todos.

No sé dónde dejarte escrito el nombre
crecido de tu tiempo hacia otras fechas,
desbordado de sí, fuera de madre.

lunes, 11 de enero de 2010

ENCARNACION HUERTA PALACIOS ( Madrid 1940-Madrid 2009)

María Rosa Jaén recuerda a la poeta Encarnita Huerta Palacios

NO TENGO MIEDO

No,

no tengo miedo

a los satenes rojos

sobre la última escena.

No,

no tengo miedo

a dejar en una urna

lo que fuera mi albergue transitorio.

No, no tengo miedo

a que agiten la mano los cipreses

para darme del aire despedida.

Sonriendo lo afirmo.

Afirmo y me repito.

Allá donde te yergas,

agazapada muerte, te alcanzará la vida.

viernes, 8 de enero de 2010

CONSUELO MENÉNDEZ GONZÁLEZ (Madrid, 13 de julio 1949 - Madrid, 17 de nov 2009)

Begoña Montes recuerda a la poeta Consuelo Menéndez González


BERTA Y LUISA


Junto a la ventana, alrededor de una mesa camilla, conversan dos hermanas.
- ¿Sabes Luisa? me casaré en primavera, en el mes de Abril, cuando las flores hayan empezado a florecer y los parques estén verdes.
- Tú siempre con tus flores: no tendrás bastantes con todos los tiestos que hay en casa.
- Como te digo, me casaré en el mes de Abril y si tengo la suerte de que haya llovido la noche anterior para que todo esté limpio y huela a tierra mojada, tanto mejor. Creo que ese día amanecerá sólo para mí. Quiero que mi vestido sea todo blanco, con un corte debajo del pecho, donde llevaré prendido el azahar, que dicen que trae buena suerte.
- ¡Qué pesada eres con las flores!
- Como te decía, llevaré prendido el azahar bajo el pecho, la cintura será ajustada, realzando mi figura y llevará cola, no muy pronunciada, pero resultará muy elegante. El velo será de tul y lo llevaré sujeto con una diadema.
-¡De flores!
- Pues sí, de flores que recogerán mi pelo y dejará despejada mi cara. El velo lo quiero llevar tapándome la cara, para que cuando ya seamos marido y mujer, mi esposo con delicadeza lo levante y pueda ver mi felicidad. ¡Ah! también llevaré los pendientes de perlas de la abuela.
- ¡Las perlas dan mala suerte!
- Luisa, llevaré los pendientes de la abuela y una liga azul. La iglesia estará repleta de...
- Flores, seguro.
- Sí, de flores blancas y lazos blancos que adornarán los bancos; entraré por la alfombra roja del brazo de papá. ¡Qué orgulloso va a estar!
- Seguro.
- Nos iremos de luna de miel a Sevilla, es una ciudad que me gusta, me parece preciosa. ¿Sabes que hacen concursos en los patios adornándolos con flores?
- Buenos, ¡basta ya, Berta, basta ya! Que llevo cincuenta años oyéndote la misma historia.
- Luisa, no seas desagradable; pareces una solterona amargada.
- Es lo que soy; bueno, lo que somos. Tú por tus exigencias juveniles; que si tiene que ser alto, guapo, con mucho dinero y qué ha pasado...
- Calla, que a ti te dejaron plantada en el altar.
- Sí, si aquel día no hubiera entrado en l iglesia aquella mujer con el niño en brazos diciendo que era su hijo, yo, hoy, no sería una solterona. Estaría casada.
- Pero al final, todo habría acabado mal. Para qué vamos a lamentarnos ahora.
- Tienes razón Berta: prefiero recordar tus fantásticas historias a mi desagradable pasado.
- Parece que se ha hecho de noche, iré a hacer la cena.
- Te ayudaré a poner la mesa; dame el bastón, hoy me duelen mucho las piernas. Este reuma me va a matar; seguro que mañana llue
ve.