Norma Valderrama nos recuerda a Arturo Valderrama (1922-2011)
CENIZAS
Tomè en mis
manos, un puñado de cenizas...
y las
desparramè al viento,
que
impasible, sin darle importancia
las llevò
por el camino de la nada
Ceniza,
polvo gris, que queda
de una
combustiòn completa.
Simbolizas
el pretèrito
de un ciclo
ya cumplido,
que
marcò el paso de las cosas.
Antes de ser
polvo gris
de
granulometrìa impalpable
fuiste en tu
leño, primavera,
verano,
otoño e invierno.
Amor en los
que se unieron,
con la
alegrìa del hijo que llegò,
pena y dolor
cuando se fuè.
En el
bullicio de los nietos,
silencio y
sonrisa de los abuelos
de cabellos
canos
de pèrdida
de agilidad y lento caminar
e
indisimulables cicatrices.
Con los ojos
cansados de ver pasar la vida.
Cenizas,
antes de ser lo que sos,
polvo gris,
fuiste fuego,
que regalò
una policromìa de variadisimos colores.
Trasladandome
en la danza de sus llamas
a pasos,
giros, saltos rìtmicos
de un
colosal ballet imaginario, mientras
una
magnìfica orquesta ejecutaba la mùsica
que
solamente yo escuchaba.
Me diò calor
cuando cansado,
ansiaba
llegar a mi vieja casa
y solo en la
noche oscura,
un perro
vagabundo me ladraba
como
apresurando mis pasos.....
¡Hacìa tanto
frio en la calle!
Ceniza,
tienes el color de la plata vieja,
y las canas
de los ancianos.
Cuando me
incineren, solo serè
un puñado de
cenizas volàtil,
sin
olvidarme que antes
fuì
primavera, verano, otoño e invierno.
Presente,
pasado, futuro.
¡Ceniza! Aùn
contemplo en mis manos,
restos de lo
que fuiste:
¡Vida!
¡Fuego!