LA MUERTE
DEL CIUDADANO
Levántate,
Juan, y grita al mundo
la protesta escondida en tu pecho
o guardada en tu duelo.
la protesta escondida en tu pecho
o guardada en tu duelo.
Ahora que
moriste, el mundo es menos grande.
Perdiste,
finalmente, los cielos sobredivinos
y la dulzura del átomo.
y la dulzura del átomo.
Vales más
tendido que vivo,
con tu metafísica evidente
en los pliegues de la mortaja.
con tu metafísica evidente
en los pliegues de la mortaja.
Yérguete,
Juan, y grita a los presentes
que esta vida no da, que esta isla
no esconde un tesoro.
que esta vida no da, que esta isla
no esconde un tesoro.
Lloraste inútilmente;
amaste en vano.
Al viento,
ofreciste el rostro desnudo,
efigie de Juan.
efigie de Juan.
Debajo de
los paisajes quedarás
hasta diluirse tu sumario total:
el polvo que fue Juan.
hasta diluirse tu sumario total:
el polvo que fue Juan.
No hay comentarios:
Publicar un comentario