sábado, 8 de agosto de 2009

TRINA MERCADER (Torrevieja. Alicante 1919- Granada 1984)


Yo soy esa muchacha que ha besado la tierra
Para posar en algo los besos que le sobran.
Yo soy esa muchacha que desea callando
Lo que se aleja siempre de su mano vacía.
Blanda pulpa jugosa para mecer el aire;
blando temblor intacto que una caricia anega.
Sedienta y absoluta,
muchacha que ha besado la curva de sus hombros,
que se acaricia, lenta, con dolida ternura.
Garganta donde canta la sagrada alegría,
donde los gritos crecen de plenitud ahogados.
Muchacha sola y firme que, arrebatadamente,
para sí misma crece su vegetal milagro,
cuando la tierra vuelca su prometida entrega
y una dulzura virgen va invadiendo los ramos.
Y este otro poema que hemos preferido entre otros:
TRANQUILIZAOS. Miradme.
He dado a mi silencio siete vueltas de llave.
Verdugo de mi misma, con mi propia violencia
Voy cercenando el tallo de mi sangre;
La entraña que mantiene mis cortadas raíces,
hiriéndome en el signo por el que soy,
negándome.
La angustia que me crece no la sabréis. Miradme.
Llevo oculto mi fuego,
Mis hondas libertades.
Quiero vivir muriendo
sin este denso enigma
que me resume toda en duro arcángel.
Quiero ser vuestra, sí.
Quiero ser sólo madre.
O mujer. Mujer sólo, sin reverso ni orilla
Y amaros en silencio, dulce, pasivamente,
Sin que lo sepa nadie.

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